miércoles, 11 de mayo de 2011

De tradiciones.

Este fin de semana pasado se celebraron las fiestras patronales de mi pueblo. Es una tradición curiosa, al menos para los que la ven por primera vez. La fiesta se centra en la mujer, no en la mujer como individuo, si no como instrumento y en su fuerza fisica, el la declaración publica de su fertilidad y el poderío (o no) de su familia. Normalmente estaría en contra de algo así, pero supongo que por ser una tradición tan arraigada la tengo ya aceptada.  



El domingo por la tarde se celebró la tradicional procesión al santo, las chicas vestidas de esta manera salen a a la procesión, van en el centro de la fila frente a la estatuilla del santo. Yo me encontre con la procesión por casualidad y quise saltarmela, para los que conozcan mi pueblo saben que tiene tres calles, tradicionalmente llamadas la de arriba la de abajo y la Mayor. Pues bien, atajé por la de abajo, pero oh maravillas del paralelismo, la procesión iba por la Mayor y la de arriba, así que seguí sin poder pasar. Esperé en una esquina a que pasara, y en eso paso mi tia y hubo un parón en la procesión, (los parones son tradicionales también), me acequé a hablar con ella, y mi madre que iba unos 10 puestos por detrás nos vió, se salto la fila procesinal y se unió a nosotras. Como no las otras personas de la fila aprovecharon para criticarnos... yo solo pude oir "Esa es la que...", prologo fatídico para el que va a ser despellejado en público. La procesión siguió y las mujeres fueron desapareciendo. Me volví a situar en la esquina esperando a que pasase la procesión. Entonces desde atrás álguien me llamó, era mi tía Luisa que presenciaba la prcesión escondida detrás de un coche, ella solo quería ver al santo, pero no quería salir a la procesión, así que no le quedaba más remedio que verlo escondida detrás de un coche, por que en mi pueblo el que no participa de las tradiciones es siempre el que...
Solo queda ya decir que la ví con ella, y cuando ella vió al santo se emocinó. Dos mujeres se acercaron a nuestro escondite y dejaron junto a nosotras sus dos velas gastadas. Pero por suerte las analogias no son tradición en mi pueblo.

Y para acabar, un poco de música:

1 comentario:

Carmen dijo...

Que procesión tan atípica,parece un sincretismo tan extraordinario entre las tradiciones primitivas peninsulares y la religión posterior católica,que no sabía que todavía perduraran.