martes, 10 de junio de 2014

Debbie Harry, icono de la nueva moda punk.

Hace unos meses, a través de un amigo, me solicitaron un artículo para rellenar una revista rocanrolera. 
El caso es que por H o por B el material no gustó. Como llevo mal el tema del rechazo, y no se hacer auto crítica, he decidido colgarlo por aquí. Además, me pegué mi currazo con el tema de la documentación, buscando imágenes libres, montando y tal, creo que merece ser publicado, aunque aquí solo lo vayan a leer tres (siendo entusiasta). 

Disfrutadlo :)  
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Si algo viene presentando batalla desde los lejanos años setenta es la moda de la New Wave americana. No hay que explicar a nadie que la moda es algo que se recicla año tras años, época tras época, bebiendo de las antiguas tendencias y transformándolas en algo nuevo, al menos estéticamente hablando. ¿Has salido a la calle últimamente? Si lo has hecho habrás notado que hasta Laura, (sí; Laura, la de “Amo a Laura...”) se ha pasado al lado Punk. Si en los 70 molaba llevar esa camiseta básica tan ancha con el cartoon de turno, hoy en día no tienes más que recortarle unos veinte centímetros y estarás de lo más In. ¿Cuales son los tips de la tendencia punk del siglo XXI? Sencillo: Chaquetas de cuero, prendas vaqueras, tacones muy altos y cualquier prenda de ropa que diga que ha pasado por más de un millar de lavados por que lo retro es algo que en el mundo de lo más fashion nunca queda atrás. Nos invaden las tachuelas, el cuero, las botas y las calaveras. Hablar de la moda de hoy en día, la moda de la calle, es volver a hablar de la moda de los lejanos setenta. Aquel rollito punk guarrete que aún no ha muerto ¡¡Y larga vida...!!. En cualquier Primark o H&M puedes comprarte ropa con esta tendencia hasta convertirte en un calco de los iconos femeninos del Rock, sobre todo los del pasado siglo. Hablar de la actual estética punk es hablar de diseñadores como Thierry Mugler, uno de los chicos malos de la moda y diseñador de parte del agresivo y controvertido vestuario de Lady Gaga y Beyonce, o Vivienne Westwood, la principal promotora de la nueva estética punk y el látex tanto con sus diseños como con su tienda SEX en Londres. Y por supuesto hay que mencionar a la incombustible Debbie Harry: la gran culpable de la vigencia de este movimiento. No podemos obviarla ya que al hablar de moda es imprescindible hablar de música también; lo uno es el fiel registro de lo otro. Si una cantante sale en una gala con un vestido confeccionado con carne, todas corremos inconscientemente a comprar filetes y vestimos el rojo sangre.
Para una buena fan del grupo “Blondie”, no es necesario explicar que su cantante se ha convertido desde el primer momento que se subió a un escenario y hasta hoy en icono de la moda, que fue musa para artistas como Andy Warhol que creo una obra con su retrato al igual que hizo con Marilyn Monroe, o diseñadores como Stella Mac Cartney o Jean Paul Gaultier que han llegado a copiar su estilo en ocasiones hasta el más mínimo detalle. Ademas sabría también que cuenta con admiradoras de la talla de Madonna o Kate Moss, e imitadoras (en el buen sentido, claro.) como Gwen Stefani o Shirley Manson, que no han dudado en seguir sus pasos hacia los altares de la moda y declarar su devoción hacia ella en cualquier evento y entrevista.

De Izq. a Drch. Debbie Harry posando junto a Andy Warhol y David Bowie.

De Izq. a Drch. Madonna, Kate Moss, Shirley Manson y Gwen Stefani.

¿Pero, te preguntarás, cuales son las claves de su genialidad? ¿Que ocurre para que una mujer pase de camarera o conejito play boy a que se le dedique un número completo de la revista Vogue UK (Allá por 2007)? Pues en realidad es un coctail muy sencillo: una mezcla de rebeldía y genética divina. A día de hoy a sus 68 años, sigue estando estupenda. Además de crear un personaje muy femenino, y según algunos dicen basado en Marilyn Monroe, mezcló looks y formas hasta hacer estallar la bomba.

Debbie Harry en la actualidad.

Vogue dedicado a Debbie Harry.

Si quieres seguir sus pasos, hagamos un barrido rápido por algunos de sus hits al vestir:
  • Tacones y botas de altas de vértigo, normalmente negras y de cuero, siempre muy femeninas y tacones finos.
  • Faldas y shorts bien cortos, con la condición siempre de parecer de segunda mano y combinados con las botas y tacones le proporcionaban unas piernas muy largas, a lo que sumamos la perspectiva que obtenía al estar encima de un escenario sus extremidades se convertían en eternas.
  • Camisetas básicas muy usadas y prendas vaqueras, estas en concreto siempre en estilo “oversize” en contrapunto con los vestidos sexys y ajustados.
  • Vestidos asimétricos y muy ajustados. Bestial y el más memorable aquel de velos de color gris que lució en el videoclip de la canción “Heart of glass” diseñado por Stephen Sprouse.
  • Lentejuelas, brillos, tachuelas y demás estridencias, combinados con un estilo impecable, sobre todo durante su época de bailarina.
  • Colores fuertes llegando incluso a la fluorescencia, sin importar si la combinación de colores era agradable o no, lo importante era la estridencia del tono que la convertían en centro de todas las miradas.
  • Además de estas cosas tan y tan sencillas, una de sus efectos que más me llama la atención, y una de las primeras prohibiciones cuando estudias estética también, es la increíble mezcla de colores, estampados y estilos. Combinando las rayas con los puntos Debbie pasó de ser la reina de la New Wave a bailar de disco en el estudio 54.
Debbie Harry en el Studio 54.


Además podríamos decir que es la más salvaje de las rubias oxigenadas, con ese corte de pelo intemporal y arrebatador, y el maquillaje glam que llegó a copiar hasta Bowie.


Y ya llegamos al final de este análisis de la diva del pop-rock, no sin recomendar que la próxima vez que compres una camiseta con calaveras y strass cantes aquello de: “Call me...”



D de Debbie, P de punk, M de moda.
Esther Espí.


Enero 2014.

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