Adios

Esta es la última entrada que escribo desde aquí, así que simplemente aprovecharé para despedirme.

Adiós a la playa, a las rocas, adiós a las gaviotas, a las fiestas en la desembocadura, a la rotonda, a la cantina, al Antonio. Adiós a los aularios cutres, a las asignaturas chorra, a los talleres increíbles, a los genios no tan geniales. Adiós a los amores rotos, a los amantes infructuoso, a las zorras malvadas, a la gente penosa, a las penas. Adiós a Inma y a Pol y su hijo conejo Ñu. Adiós a los pisos caros y feos, a las tardes de calor, a las lluvias torrenciales. Adiós a el no aparcar, a las fiestas locas, adiós al recuerdo de tanta gente que ya se marchó, adiós a san Antoni, al Arbret, adiós al japo bueno y al malo, a la china buenrollera. Adiós a Benidorm, a la cava Aragonesa, a la taberna roja (amada amada taberna roja), adiós al cancún y a Don cancún. Adiós a los asfaltados de piedrecillas. Adiós a los hippies, al supuesto buen rollo, a los malos rollos con niñatas. Adiós a las vecinas cotorras. Adiós al gorroneo y a la cerveza. Adiós a todas las cosas que me olvido, a mi eterna juventud. Asta siempre Altea.