lunes, 10 de febrero de 2014

De concursos y muchos amigos

Durante la semana pasada tuvo lugar un dudoso concurso en un bolg de literatura homoerótica, no diré cual para no darles publicidad ya que no la merecen y es lo que buscan. Entre los participantes había numerosos autores y autoras autopublicadas. Bien: la mecánica era sencilla, había una lista y la gente votaba en la lista de comentarios los que más le habían gustado de cada categoría. El tema es que "alguien" encontró a otro "alguien" que en un grupo de facebook pedía voto para sus amigas. El texto decía: "Aunque no las hayáis leído votadlas, en las demás categorías podéis votar a quien queráis". Esto de toda la vida se conoce como trampa, palabra infantil que a pesar de su puerilidad ejecutan mucho los adultos. Yo y otras personas nos indignamos: enviamos emails a la organización. En mi caso, que fue por la mañana del viernes pasado, la primera respuesta que obtuve fue "Nos parece deplorable e intentaré poner una nota aclaratoria que diga que no estamos de acuerdo con las coacciones y que voten libremente". Por mi parte me pareció una respuesta algo pobre, pero me di por satisfecha. Mi sorpresa fue durante esa misma noche cuando recibí otro mail de la organización diciendome que en realidad no veían ningún problema, y que no iban a hacer nada ya que parecía que la gente no estaba haciendo caso. Me pareció indignante. A todo esto durante el día otras personas les llamaron la atención, y además quien había escrito aquella "recomendación" reedito el tono de su post. Algo estaba pasando. Mi respuesta al último mail fue que me parecía "injusto y poco profesional por su parte", a lo que me contestaron en plan mártir que ellos hacían aquellos concursos sin ningún interés y que además no cobraban por ello. Mi respuesta sigue siendo que no tiene nada que ver el cobrar con hacer las cosas bien, y que además cuando planteas un evento de este tipo debes tener en cuenta las consecuencias y estar preparado para subsanar errores. Y ahí acabó la cadena de mails. Durante todo el viernes me imagino una corversación de dos amigos, uno que monta un concurso y otro que exige votos para sus amigos que dice: "Oye tío, cortate con lo de los votos que se nos ve el plumero".
Bien llegado a este punto solo tengo una conclusión: Gente que no obtiene mucha visibilidad para su trabajo, monta un blog que por la razón que sea tampoco tiene mucha visibilidad. Entonces deciden hacer la pelota a otras personas con éxito, ya sea modesto o genial, les hacen reseñas y les dedican artículos falsos y babeantes, pero como tampoco tienen mucha relevancia deciden centrarse en gente con muchos amigos, amigos que se hagan seguidores de su blog y les sigan el juego. Así que el falso concurso, poco importa su resultado, es solo una farsa de unos para hacer amigos y de otros para tener un millón de seguidores.
Saquen sus propias conclusiones.      

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